sábado, 9 de noviembre de 2013

Proceso histórico de las Neurociencias


A fines del siglo XX se viene presentando una revolución en biología que no tiene precedentes en la historia. Los descubrimientos sobre el funcionamiento del cerebro avanzan a tal ritmo, que cada día se percibe más su impacto social.
El estudio a lo largo de la historia se han evidenciado hallazgos de distintas culturas que han logrado establecer puntos importantes sobre el cerebro y la Neurociencia. Ya  desde  2000 años antes Cristo,  se presentaban en los papiros de los Egipcios, el conocimiento  relacionado a las cirugías en un daño del encéfalo provocando la parálisis de extremidades al lado opuesto del cerebro,  hoy día conocido  con el nombre de Edwin Smith Surgical Papyrus, considerado el registro más antiguo a nivel craneal.
Posteriormente, existen antecedentes históricos que en la época renacentistas señala Goswami (2004), Leonardo Da Vinci se destacó dentro de la rama de la anatomía y neuroanatomía, debiéndole esta figura los trazos más importantes sobre la anatomía humana, los cuales hoy siguen teniendo un lugar invaluable.
Igual importancia adquiere, indica el autor mencionado anteriormente, las investigaciones de  Paul Broca a mediados del siglo XIX al observar los transtornos del habla producidos en los pacientes con lesiones cerebrales en el hemisferio izquierdo, confirmada en 1874 en las pruebas científicas llevadas a cabo por Carl Wernicke, y detectó que el  hemisferio izquierdo era superior y diferente al derecho, dando lugar a la teoría de la dominancia cerebral.  Teniendo en cuenta estos estudios se inician estudios del cerebro, en los centros de Broca y Wernicke, especialmente entre las áreas sensoriales y motoras.
Paulatinamente, se descubrió que un número de aproximadamente 100 billones de neuronas, cada una con conexiones masivas a otras neuronas.  Sin embargo, no es hasta el año 1960 que un grupo de científicos adjudican a este estudio  el término  neurociencia, el cual fue expandido por todo el mundo rápidamente. Para el año 1970 se funda la Sociedad para la Neurociencia,  se hizo evidente décadas después la incorporación de equipos electrónicos y digitales  de alta tecnología para estudiar el cerebro y para analizar la conducta humana.
Para estos efectos, el interés científico sobre el movimiento del aprendizaje basado en el cerebro (Brain-based learning),  se presenta en alza, al  que Jensen (1995) establece en relación con el proceso educativo a través del insumo de  investigaciones relacionadas al sistema nervioso humano y al modelo animal.


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